CAPITULO # 52:
Aquella cínica sonrisa no salía de su
rostro. Sentí que la sangre me hervía ¿Qué diablos hacia él aquí?
—¿Qué quieres? —le pregunté de mala
manera. Él volvió a mirar a ______.
—¿No me vas a invitar a pasar? —me
preguntó.
Me quedé quieto en el lugar… no iba a
dejarlo pasar. Sentí unas pequeñas manos apoyarse en mi espalda. Giré mi cabeza
y la miré. Ella asintió levemente.
—Pasa —le dije a mi padre y me corrí de
la puerta. Él entró y miró a su alrededor.
—Buenos días, ______ —le dijo a ella.
—Buenos días señor Kaulitz—le respondió.
—Espero no haber llegado en un mal
momento.
—No, para nada —dijo ______ y sonrió de
manera falsa. Reí por lo bajo —Estábamos por desayunar ¿Quiere desayunar con
nosotros?
—No gracias —dijo él y se sentó en una
de las sillas. ______ me miró y sonrió de manera dulce.
—¿Qué lo trae por aquí señor Kaulitz?
—le preguntó.
—Necesito hablar unos asuntos con Tom
—le dijo de manera tajante.
—Bueno… yo ya me estaba por ir, y…
—No, tú no te vas a ningún lado —la
detuve. Ella me miró —Cualquier cosa de la que me quieras hablar puedes hacerlo
delante de ______, padre.
Él me miró fijo, y luego miró a ______.
Ella se veía algo sorprendida.
—Es un asunto delicado —prosiguió él.
—No interesa… yo no tengo secretos con
mi novia. Si no se entera ahora, se va a enterar después.
—¿Novia? —preguntó confundido.
—Oh, como fui tan tonto de no decirte
papi —dije irónico y me acerqué a ______ para abrazarla de costado —Te presento
a tu nuera… ¿no es encantadora?
Jorg nos miró algo atónitos. Giré mi
cabeza para mirar a ______ y sus mejillas estaban totalmente enrojecidas.
Levantó la cabeza y me miró. Le guiñé un ojo y negó divertida con la cabeza.
—Así que son… novios.
—Si —dijo ella asintiendo —Espero que
le agrade la idea de tenerme en su familia. A mi me encanta que usted sea mi
suegro —noté aquel particular tono de sarcasmo.
—Claro que estoy contento… no te
imaginas cuanto pequeña —le dijo él.
Noté algo muy extraño en aquella
afirmación. La miré fijo, tratando de saber que pretendía.
—¿Y bien? ¿Qué has venido? —le pregunté
de manera cortante.
—Cariño, no seas tan grosero. ¿Por qué
no le ofreces una taza de café a tu padre? —me preguntó ______. La miré y ella
alzó ambas cejas.
—Oh si, tienes razón amor —le dije y me
acerqué a donde estaba ella —Papi, ¿quieres café?
—Un poco estaría bien —me dijo él.
Agarré una taza y serví el café. Me acerqué al oído de ______.
—¿Puedo escupir un poco en él? —le
pregunté.
Ella soltó una leve risita y ambos
miramos a mi padre.
—Un poco no estaría mal… creo que ha
arruinado algo —susurró ella.
—Ha arruinado todo —le aseguré. Tomé la
taza y se la alcancé a mi padre —Aquí tienes…
—Gracias —susurró él.
—Bueno, ¿A qué has venido exactamente?
—le pregunté mientras me sentaba frente a él.
______ tomó un vaso de jugo y se sentó
a mi lado, mirando fijamente a mi padre. Él la miró y luego volvió su vista a
mí.
—Quiero que trabajes conmigo de nuevo
—me dijo.
—¿Para qué? —le pregunté.
—Porque lo necesito… ya te dije una vez
que hay veces que yo no puedo firmar los papeles y como tú eres mi hijo
necesito tu ayuda.
—¿Qué clase de ayuda señor Kaulitz?
—preguntó ______ apoyando el vaso en la mesa.
Él la miró con recelo. Estoy
completamente seguro que no le agrada para nada que ______ este sentada frente
a él escuchando todo. Principalmente porque no puede hablar como quiere.
—Tengo muchos negocios señorita Levine
y no puedo atenderlos todos.
—Que lastima señor Kaulitz. Pero ¿no le
contó Tom que esta semana que viene tenemos parciales en la Universidad?
—preguntó y me miró —¿No le contaste, cielo?
La miré extrañado. Nosotros no teníamos
ningún examen o algo parecido esta semana. Entonces entendí aquello. Miré a mi
padre.
—¿No te conté papá? —le pregunté. Él me
miró serio —Lo lamento otra vez… no sé que pasa conmigo últimamente que me
estoy olvidando de contarte tantas cosas importantes.
—Bueno, eso no es nada —dijo ______ y
sonrió.
—Entonces señor Kaulitz… no creo que
Tom pueda ayudarlo esta semana. Y tampoco la otra.
—¿Por qué? —preguntó él de mala gana.
—Tom y yo… estamos trabajando juntos en
la oficina de mi madre y… le prometimos que en las próximas dos semanas íbamos
a ayudarla en un proyecto muy importante que tiene. ¿O no amor?
—Si… también me olvidé de aquello. ¡Que
cabeza de novio la mía! —dije divertido y con ______ nos echamos a reír. Jorg
estaba más serio de lo que la situación ameritaba. Simplemente me encanta verlo
así. Molesto, sin saber que decir, ni que hacer.
El timbre de mi casa volvió a sonar.
______ me miró y yo la miré. Ambos fruncimos el ceño.
—Que solicitados que estamos hoy, Tom
—dijo ella poniéndose de pie —Yo iré a abrir.
______ se alejó de mí y miré a mi
padre.
—No me gusta para nada las atribuciones
de esta jovencita —me dijo por lo bajo.
Sonreí levemente.
—Me importa un comino si te agrada o
no. Yo la amo y eso es lo importante —le dije sin dejar de mirarlo.
—¿Acaso tengo que venir yo hasta aquí
para que mi hijo me de la hora? —escuché su voz y me paralicé.
Rápidamente me puse de pie. Ella entró
al departamento. Mi padre giró la cabeza y la miró. De sus ojos destelló algo
que hacia mucho no le veía… Obsesión.
Ella dejó de caminar al verlo allí
parado. ______ se quedó quieta a su lado y miró preocupada la escena. ¿Qué
diablos hace ella aquí?
—Simone—habló mi padre.
Vi que los ojos de mi madre se
humedecían y entendí que el pasado y todo el dolor volvieron a ella como si
nunca se hubieran ido.
Una sonrisa estúpida se curvó en el
rostro de mi padre. Volví la vista a mamá y sus ojos cada vez estaban más
cristalinos.
—Simone, mi amor, has vuelto —dijo Jorg.
Mi madre dejó de mirarlo.
—Creo que no… que no he venido en un
buen momento… vuelvo más tarde hijo —dijo ella con voz temblorosa.
En un instante que no percibí mi padre
se acercó a ella.
—No, no, no te vayas —dijo y la tomó de
un brazo.
Mi madre comenzó a forcejear para
salirse de su agarre.
—Suéltame —le dijo sin mirarlo.
—¿Por qué Simone? Si has vuelvo a mí…
sabía que un día ibas a volver.
—Jorg …. suéltame —dijo ella en tono
nervioso.
Me acerqué rápidamente a Jorg y lo
alejé de ella.
—Vete —le dije. Él me miró. Su
mandíbula se tensó.
—Otra vez tú —susurró. Miré a ______.
—Lleva a mi madre al cuarto, ______.
Espérenme ahí —les dije.
______ asintió y tomó a mi madre del
brazo para dirigirla al cuarto. Cuando ellas dos estuvieron alejadas de la sala
miré de nuevo a Jorg.
—¿Qué te sucede? ¿Acaso estas mal de la
cabeza? —le pregunté.
—Otra vez tú —volvió a susurrar. Lo
miré extrañado.
—¿Qué quieres decir con eso? —dije.
—Tu madre ha vuelto y tú otra vez la
alejas de mí.
—¿Qué?
—Tú eres el culpable de todo —dijo
elevando un poco su voz.
—Ya no tenemos más nada que hablar Jorg
… voy a pedirte que amablemente te vayas de mi casa. Ahora.
Me miró con odio. Un odio que no veía
hace mucho en su mirada. Mi padre esta enfermo. Está completamente loco.
—Está bien, está bien —dijo y se acercó
a buscar sus cosas —Como siempre tú ganas en esto… pero no me voy a quedar con
los brazos cruzados hijo. Vas a pagar haberte metido en medio de tu madre y yo.
—Como digas —le dije y le hice el gesto
de que ya se podía ir.
Él salió del departamento y se giró a
verme.
—Ya lo veraz —dijo con una leve
sonrisa.
Cerré la puerta con fuerza y sin
pensarlo me dirigí a la habitación.
—Respiremos juntas Simone… tranquila
—______ estaba arrodillada frente a mi madre y le sostenía las manos con las de
ella. Me miró —Ve por un vaso de agua, Tom. Tu madre está con un ataque de
nervios.
Asentí y volví a salir para buscar el
vaso con agua. Volví al cuarto y pude ver la angustia de mi madre. Le entregué
el vaso y ella temblorosa lo tomó.
—Lo siento —se disculpó cuando terminó
de tomar.
—Tranquila, ya se fue —le dije.
—Tuve que haber llamado antes de venir
—habló mientras unas cuantas lágrimas caían por sus mejillas —Solo quería darte
una sorpresa, hijo. No pensé que tu padre iba… iba a estar aquí.
—Yo tampoco lo sabia, mamá —dije y me
acerqué para sentarme a su lado —Pero ya se fue… él no va a hacerme nada.
—Yo no tengo miedo por mí, Tom —dijo y
me miró a los ojos —Tengo miedo por ti. Tú padre está mal… muy mal.
—Eso no es noticia —le dije. Ella negó
con la cabeza.
—Jorg está enfermo, hijo… él esta loco.
—Tranquila —dije y la abracé —Él no va
a hacerte daño ni a ti, ni a nadie.
Miré a ______ y pude ver la
preocupación en su rostro. Eso me partió el alma. Un día que debió comenzar
hermoso, terminó volviéndose una reverenda mierda.
Luego de calmar a mi madre. La
acompañamos a que se tomara un taxi. Antes llamamos a Ben para que la esperara
y contarle lo que había pasado. Volvimos a entrar al departamento después de
despedir a mamá.
Solté un cansado suspiro y me tiré en
el sillón. Tapé mi rostro con ambas manos. Sentí como ______ se sentaba a mi
lado.
Me tomó del brazo y me jaló hacia ella.
Me apoyé sobre su pecho sin quitarme las manos de la cara. Juro que tengo unas
terribles ganas de gritar.
—Tranquilo mi amor, todo va a estar
bien —susurró mientras acariciaba mis cabellos.
—Lo siento amor, no quería que pasaras
por esto —me disculpé. Ella me alejó para poder mirarme a la cara.
—No seas tonto, no tienes porque
pedirme perdón. Lo que pasó, no fue tu culpa.
—Maldito hijo de perra… lo odio
—aseguré. Ella acarició mis mejillas.
—Odiando a tu padre no ganas nada, Tom…
Como dijo tu madre él está enfermo. Necesita ayuda, solo eso.
—Solo eso —susurré y acaricié su rostro
—Ojala fuera tan fácil amor. Pero no sé si viste el rostro de él cuado vio a
mamá. Se transformó completamente… él parecía un lunático. Miró a mi madre como
si fuera una obsesión para él.
—Por eso mismo mi amor… él necesita
ayuda —dijo.
La acerqué a mí y la abracé. Escondí mi
rostro en su cuello y respiré su aroma.
—Tú también eres una obsesión para mí,
______ —le susurré. Ella se alejó para mirarme a los ojos —Pero jamás… escucha
esto, jamás te haría daño.
Ella sonrió levemente y se acercó a mí
para besar mis labios.
—Lo se mi amor. Y tú también eres mi
obsesión —susurró sobre mi boca. Me volví a acercar para poder besarla
completamente.
—Te amo —le dije sin dejar de besarla.
—Te amo más —musitó. Se alejó despacio
—Voy a llamar a mis padres para decirles que mejor dejamos el almuerzo para
otro día.
Se quiso poner de pie pero la detuve.
Me miró extrañada.
—¿Y quien te dijo que lo íbamos a dejar
para otro día? —le pregunté.
—Tom, no creo que sea un buen momento
—me dijo. Sonreí y negué con la cabeza.
—Claro que si es un buen momento, mi
amor. Tus padres y nosotros vamos a ir a almorzar juntos. Algo me dice que al
final vamos a sacar algo muy bueno de este día. Eso te lo puedo asegurar.
CAPITULO # 53:
Ella dejó de caminar y entonces me giré
a verla. A leguas se notaba que estaba realmente nerviosa por todo este motivo.
—¿Qué pasa mi amor? —le pregunté.
—Creo… creo que no es buena idea, Tom.
Mejor llamo a mi madre y le digo que no venga. O quizás llame a papá y le diga
a él que no venga —dijo y tomó su celular.
—Oye, oye —la detuve y le quité el
pequeño aparatito —Todo va a estar bien. Ellos dos son personas grandes, van a
comportarse.
Ella asintió y besé su frente. Volvimos
a caminar y entramos al lujoso hotel para dirigirnos a la parte cómoda del
restaurante. Un hombre calvo y de baja estatura se acercó a nosotros.
—Buenas tardes, ¿en que puedo
ayudarlos? —nos preguntó.
—Buenas tardes —lo saludó ______
—Tenemos una reservación a nombre de ______ Levine.
El hombre miró la agenda que tenía en
su mano y asintió.
—Si señorita, la mesa ya esta lista.
Por aquí.
Comenzó a caminar y lo seguimos. Nos
dio el paso para sentarnos en una adornada mesa con cuatro platos. Como todo un
caballero le corrí la silla a mi novia y ella se sentó. El mozo se alejó
inclinando levemente la cabeza. Vi como ______ miraba a su alrededor…
—Amor, tranquila —le dije. Me miró a
los ojos.
—Cuando mis padres lleguen se va a
desatar la tercera guerra mundial —aseguró.
—Quien sabe —dije y acaricie su mejilla
—Quizás sea hora de la paz mundial.
—¡No saben lo contenta que me puse
cuando supe que íbamos a almorzar los tres juntos! —escuchamos su aguda voz.
Ambos nos giramos a verla. Me puse de pie y ella se acercó a abrazarme —Eres un
desconsiderado. No fuiste a visitarme como lo prometiste.
—Lo siento —le dije y me alejé de ella
—Pero las cosas no estaban bien en esos tiempos.
Ella miró a ______ y luego volvió a
mirarme.
—¿Acaso ella te prohibió que me vieras?
—me preguntó.
—No, no —dije divertido. ______ se puso
de pie.
—¿Puedes hacerme el favor de saludar a
tu hija como corresponde? —le dijo. Lola sonrió y se acercó a ella para
abrazarla y besar su rostro.
—Eres tan celosa —aseguró alejándose de
ella.
—No son celos —cuestionó ella —Solo me
molesta que siempre estés a favor de los demás. De cualquier extraño, menos de
mí.
—Eso no es verdad —le dijo su madre
mientras se sacaba el abrigo y todos tomábamos asiento. Lola miró bien la mesa
y frunció el ceño —¿Por qué hay cuatro platos? Somos solo tres personas.
—Mmm, lo que pasa es que…
—Se confundieron —interrumpí a ______,
que soltó un leve suspiro.
—Voy a pedir que lo quiten —dijo lola
se puso de pie.
—¡No! —dijo ______ elevando un poco más
la voz. lola la miró extrañada —No, no digas nada. La mesa se ve bien así… con
cuatro platos.
Lola volvió a sentarse y pícaramente
miró nuestra cercanía.
—¿Hay algo que deban decirme? —nos
preguntó. Miré a ______ y sonreí.
—Lola, luego de hacerme sufrir como un
idiota y casi enloquecerme por completo tu hija ha aceptado que me ama —le
conté. Su boca se abrió del asombro y miró a ______ con los ojos bien abiertos.
—En realidad no fue tan así —dijo
______ mirándome con reproche —Lo que esta queriendo decirte es que…
—Eres mi suegra —le dije y la miré.
—¡Aaay, no saben lo feliz que me ponen!
—dijo contenta —Eso quiere decir que son novios, ¿verdad?
—Si —dijo ______ por lo bajo.
—¡Esto hay que festejarlo a lo grande!
Llamen al mozo y pidan una champaña que yo voy al baño un segundo —se puso de
pie y vimos como desaparecía por una puerta.
______ volvió su vista a mí y noté su
inconfundible enojo.
—¿Qué sucede? —le pregunté.
—¿No te parece que se lo has dicho muy
rápido y de una manera muy poco apropiada? —dijo.
Sonreí y me acerqué más a ella para
besar cortamente sus labios.
—Todo esta perfecto, amor. Ella lo tomó
como yo lo esperé. Pero quédate tranquila, que con tu padre seré de otra
manera…
—Hija —ambos lo escuchamos y nos
giramos a verlo. Nos pusimos de pie y él se acercó a ______ para abrazarla.
—Hola papá —le dijo cuando se alejó de
él y miró hacia la puerta del baño.
Aun lola no salía. Greg me miró y
sonrió.
—Es un gusto volver a verte, Tom —me
dijo y tendió su mano hacia mí. La tomé.
—Lo mismo digo, señor Levine —tomamos
asiento.
—No sabía que ibas a la misma
Universidad que mi hija —miró a ______.
—Yo tampoco lo sabía hasta aquella
noche en la fiesta —mentí. ______ rió por lo bajo.
—Me alegro que se hayan llevado bien
—dijo él.
Asentí y miré a ______. Ella observaba
intranquila la puerta del baño. Tomé su mano por debajo de la mesa. Su vista
volvió a mí.
‘Todo va a estar bien’ ella leyó mis
labios. Sonrió y miró a su padre.
—Señor Levine, básicamente organizamos
este almuerzo porque queríamos contarle que su hija y yo… estamos juntos —le
dije tratando de sonar lo más tranquilo posible. Nunca pensé que llegaría el
día en que tendría que presentarme como el novio de alguna chica.
La mirada de Greg se dirigió a ______ y
luego volvió a mí.
—¿Eso quiere decir que tú y mi hija
tienen una relación amorosa? —preguntó. Asentí nervioso. Me parece que la idea
no le esta cayendo para nada bien —Eso es muy bueno —aseguró mientras una
sonrisa se formaba en su rostro. Sentí como todo el aire que tenía en mis
pulmones salía lentamente.
—¿Te agrada la idea? —le preguntó
______ sorprendida.
—Claro que si, hija —aseguró él y
palmeó mi hombro —Este muchacho me cayó bien desde la primera vez que lo vi.
Además de que eso significa que al fin te has desecho del idiota de Bill.
—¡Papá! —lo retó ______.
—¿No le caía bien Longoria? —le
pregunté.
—Para nada… demasiado posesivo para mi
princesa. Un celular comenzó a sonar. Greg lo tomó y miró la pantalla. Se puso
de pie —Un minuto por favor.
Se alejó de la mesa mientras
contestaba.
—No puedo creer que le hayas agradado
desde el primer momento. Se nota que apenas tuvo contacto contigo —me dijo
______. Reí por lo bajo.
—Yo soy la persona más agradable del
mundo, amor. De eso estate completamente segura.
—Perdón por haber tardado tanto —dijo
lola sentándose a la mesa —Había cola para el baño, por dios. ______ miró hacia
donde Greg se había ido. Volví a tomar su mano por debajo de la mesa. Ella rió
por lo bajo y me miró —¿Ya pidieron la champaña? —preguntó. Ambos negamos con
la cabeza —Bueno, voy a pedirla.
Se volvió a levantar y se dirigió hacia
la barra.
—Listo, solo era una llamada de oficina
—Greg se sentó en la silla. Lo miramos —¿Qué vamos a tomar?
—Champaña —dijo ______.
—Perfecto —aseguró él. Su celular
volvió a sonar —Lo lamento, hija. Pero juro que será el último.
—Atiende tranquilo —dijo ella.
Greg volvió a levantarse. ______ y yo
nos miramos y estallamos en risas. Me acerqué más a ella y junté mi frente con
la suya
—Esto es tan cómico —le dije.
—Lo se —asintió ella.
—Nunca pensé que almorzar con mis
suegros sería tan divertido —rocé sus labios con los míos y ella dejó de reír.
—Esto no está bien, deberíamos decirles
—susurró y me besó.
—Ya se van a encontrar —aseguré y la
besé un poco más.
—¿Qué haces tú aquí?
—¿Qué haces tú aquí?
Nos alejamos y los miramos uno frente
al otro con la mesa de por medio. Y el momento del encuentro ya llegó. Que dios
nos ayude.
CAPITULO # 54:
Ambos echaban chispas por los ojos… y
juro por dios que podía ver con perfecta claridad como cada uno comenzaba a
preparar sus armas para en cualquier momento lanzar el primer tiro. Ambos
miraron a ______. Ella se tensó.
—Yo… —intentó hablar ella.
—¿Qué hace él aquí? —le preguntó lola.
—No no no, la pregunta es ¿Qué hace
ella aquí? —le habló Greg.
—Mi hija me invitó a almorzar —le
respondió Gina con un notorio tono de orgullo.
—Pues te cuento que a mí también —le
aseguró él.
—Ella me llamó primero a mí —le dijo.
Greg soltó una leve carcajada.
—Que infantil eres, por dios. ¿Cuándo
será el día en que dejes de comportarte como una niña?
—El día en que tú dejes de ser un
idiota…
—Loca, siempre estuviste loca. No sé
como diablos tuve cabeza para casarme contigo.
—Simplemente porque fui la única
estúpida que te dio la hora en tu vida.
—No pienso almorzar con esta mujer
—sentenció Greg.
—Y tampoco con este tipejo —dijo lola.
—Bien que todavía usas mi apellido…
—Solo lo hago para saber lo ridícula
que me veo con él…
—Eso no es cierto, mentirosa.
—Si que es cierto, embustero, mal marido,
mal padre, mal…
—¡Ya basta! —______ elevó su voz,
haciendo que todos en el restaurante se giraran a verla. Greg y lola la miraron
bien —¡Los dos se sientan y almuerzan conmigo y con Tom como personas
civilizadas!
Sin decir nada se sentaron en sus
respectivas sillas. Nadie dijo nada…
El mozo llegó con el champaña, sirvió
un poco para cada uno. Y se fue.
—Y ahora cada uno va a agarrar la carta
y va a pedir lo que le gusta —dijo mi novia.
Como dos robots tomaron la carta y
comenzaron a leer. Miré a ______ y ella sonrió con orgullo de si misma.
—Te amo —le dije sin voz. Su mirada
tierna me cautivó aun más.
—Yo también —leí sus labios —Bueno —le
habló a sus padres. lola y Greg la miraron —Los reuní aquí con el fin de tener
un almuerzo con mis padres y presentarles oficialmente a Tom como mi pareja.
—Y me alegro mucho de ello —dijo mi
suegra sin dejar de sonreír.
Su sonrisa se esfumó cuando miró a
Greg. ¿Por qué se odian tanto por dios? Háganme acordar que debo preguntarle
eso a _____ luego.
—Yo también estoy contento por ustedes
—dijo Greg y sacó su mirada de lola —En especial porque estoy haciendo negocios
con tu padre, Tom.
Me tensé al escuchar aquello. Miré a
______ y ella negó levemente con la cabeza.
—Que bueno —dije por lo bajo.
—¿Y… hace cuanto tiempo que están
saliendo? —preguntó lola mientras tomaba un sorbo de champaña. Greg también
comenzó a tomar.
—Ayer formalizamos. Pero venimos dando
vueltas hace bastante —le dije.
—Siempre supe que ustedes tendrían algo
—dijo lola contenta —Desde el día en que llegaron juntos a mi oficina.
—¿Recuerdas ese día? —le pregunté
divertido a ______.
—Como si pudiera olvidarlo —dijo ella.
Todos reímos. Y sentí como aquella
tensión de hace unos momentos comenzaba a disminuir. Greg miró a lola y esta le
sostuvo la mirada.
—¿Y… como marcha todo en la oficina?
—le preguntó.
Ella se sorprendió un poco de que le
preguntara aquello. Pudimos notarlo cuando sus cejas se elevaron un poco.
—Bien… todo marcha sobre ruedas. Esta
semana han venido dos nuevas marcas —le respondió ella.
______ me miró y sonrió contenta.
Aquello era un muy buen paso. Solo necesitaban algunos empujones más. Y la
comunicación tal vez podría retomarse.
—El trabajo de la señora Levine es
excelente —le comenté a Greg. Él me miró y sonrió por lo bajo.
—Lo se, siempre fue muy profesional en
su trabajo —me comentó.
______ se acercó a lola y ambas
comenzaron a revisar la carta del menú. Llené mi vaso de espumosa champaña y le
serví otro poco a Greg.
—______… creo, que es muy parecida a su
madre —le dije.
—Oh no, para nada —aseguró él —Son como
el agua y el aceite. lola es una mujer demasiado quisquillosa y siempre
encuentra algo para echarte en cara…
—Créame que su hija también es muy buena
para echar cosas en cara —dije divertido. Él rió.
—Si, pero ______ tiene un carácter que
lola no puede controlar. Y debo decir que yo tampoco. Ellas son diferentes por
eso chocan tanto a veces, pero a la vez pueden estar unidas como mejores amigas
—dijo sin dejar de mirarlas.
—¿La extraña? —le pregunté. Él me miró.
Una sonrisa llena de recuerdos se curvó en su rostro.
—Un poco —susurró.
—¿Y por qué no lo intenta? —dije. Él me
miró más fijo aun. Quizás ya me estoy tomando demasiadas atribuciones.
—Imposible —dijo divertido y tomó más
de su vaso.
—Quien le dice señor Levine, todo puede
pasar —le aseguré.
El palmeó mi hombro y ambos reímos.
Ellas fijaron sus miradas en nosotros y sentí un escalofrío que recorrió mi
espalda.
—¿Podemos pedir ya? —preguntó ______.
—Claro que si —dije y me alejé de Greg
para acercarme un poco más a ella. ______ también se acercó más hacia mi lado.
—¿Qué estas haciendo? —me preguntó por
lo bajo.
—Solo hablo con tu padre, no estoy
haciendo nada malo —le dije.
Ella respiró profundamente y luego
sonrió.
—Esto no es tan malo como pensé —dijo.
Con discreción, aprovechando que Greg leía la carta y que lola estaba llamando
al mozo, me acerqué a ella y le robé un pequeño beso.
—Yo te lo dije. Todo iba a salir bien.
El mozo se acercó y los cuatro
ordenamos algo distinto. Luego de unos cuantos minutos en los que mantuvimos
una fluida conversación nuestro almuerzo llegó y comenzamos a comer.
El champaña se acabó y lola encargó
otra. ______ me miró algo confundida. Hice un gesto de ‘no saber’ con los
hombros. Ellos comenzaron a tomar mientras hablaban como si fueran los mejores
amigos del mundo. La botella se terminó y _____ y yo solo habíamos tomado una.
Calculen un poco, eso no estaba bien. Greg pidió otra botella.
—Y luego, cuando tenía 5 años obligó a
su padre a tirarse en el suelo y llorar como un niño para darle de vuelta su
billetera —contó lola sin dejar de reír. Ella y Greg estaban bastante alegres.
—Siempre fue mi pequeño demonio
—aseguró él calmando su risa.
______ los miró confundida. Ellos se
estaban comportando de una manera muy extraña según ella. Pero creo que es muy
normal… ellos aun se aman.
—¿Pueden dejar de tomar? Me parece que
ya se pasaron de copas —les dijo ella. Ambos la miraron y volvieron a reír.
—Oh, mi cielo ¿no te parece que papi y
mami están un poco grandes como para que les digas si deben tomar o no? —le
preguntó lola.
—Bueno, bueno —dijo ______ restándole
importancia —¿Quieren postre? —les preguntó.
Ellos dos se miraron fijo por unos
cuantos segundos.
—Frutillas con crema —dijeron al
unísono y volvieron a reír.
Apreté mis labios para no reír también.
Esto ya se estaba poniendo realmente muy divertido. ______ me miró y ella si
rió. Le hice un gesto con la cabeza que apuntaba hacia la puerta. Ella asintió
levemente y tomó su cartera.
—Mmmm… ¿saben que? Tom y yo debemos
irnos —dijo mientras se ponía de pie.
—Esta bien, vayan —dijo Greg sin dejar
de mirar a lola.
—Luego me llamas, hija —le dijo lola
sin dejar de mirar a Greg.
—Adiós —les dijimos a ambos y salimos
de allí.
—¿Qué fue todo eso? —preguntó ella.
—No lo se —dije divertido.
—Por dios, es una locura. Se estaban
mirando con cara de idiotas —aseguró. Reí divertido.
—Te dije que iba a ser un buen cupido…
—No, no creo que ellos… —dejó de hablar
y me miró —¡Que horror!
CAPITULO # 55: (Fin del Maratom)
Llegamos a mi departamento y ella se
acercó a la heladera. La abrió y sacó el agua mineral. La miré algo extrañado.
—¿Qué sucede, cariño? —le preguntó.
Ella me miró.
—Me siento extraña —dijo. Algo
preocupado me acerqué a ella —Lo que pasa es que… casi toda mi vida he visto a
mis padres enfrentados. Y ahora fue muy extraño verlos de esa manera.
—¿Por qué… se separaron? —le pregunté.
Ella soltó un suspiro. Me miró y levantó su mano para acomodar un poco mi
cabello.
—Sinceramente creo que nunca supe la
verdadera razón de todo. Pero por lo que yo veía en esos tiempos, todo fue
culpa de la rutina. Mi padre llegaba siempre a altas horas de la noche de la
oficina. Mi madre se la pasaba de viaje en viaje buscando nuevas modelos y esa
clase de cosas. Un día empezaron a discutir mi madre le echó en cara la falta
de atención hacia ella y hacia mí. Mi padre simplemente le dijo que no la amaba
más y todo se fue al tacho.
—¿Tú estabas presente en esa discusión?
—le dije. Ella asintió.
—Pero escondida debajo de la mesa… como
toda niña entrometida.
—¿Y ahora te sientes mal por que están
juntos? —pregunté. Ella sonrió.
—No creo que estén juntos. Lo más
probable es que se estén matando… quizás ya cada uno se haya ido por su lado.
Pero ya no pensemos en eso. Tengo sueño —me dijo.
Me acerqué más a ella y la alcé en
brazos. Ella soltó una leve risa.
—Vamos a dormir nuestra primera siesta
romántica —le dije.
—Y no va a implicar nada de eso que
estas pensando —me aseguró.
—Oye, no todo en mí es querer hacerte
el amor —dije y la miré —Bueno en realidad si. Pero aunque no lo creas yo
también quiero dormir.
Ella sonrió y mordió su labio inferior.
—Bueno, entonces vamos a dormir
juntitos, muy juntitos —susurró y rozó mis labios.
—Así me haces casi imposible querer
solo dormir —le aseguré.
Soltó una divertida carcajada y entre
al cuarto sin bajarla al suelo. La apoyé en la cama y me acerqué a la ventana
para bajar las persianas y que la luz de la tarde no nos molestara. Giré para
mirarla y ella se estaba quitando el pantalón.
—¿Qué haces? —le pregunté. Me miró y
alzó ambas cejas.
—Me estoy sacando la ropa para dormir.
No pienso dormir con esta ropa incomoda. Solo voy a quedarme con la remera.
Además ¿Qué tiene de malo?
—No, nada. Pero eres una tentación.
—Por dios, Tom —dijo divertida.
—Entonces, ¿yo también puedo dormir en
boxer?
Ella me miró a los ojos y una sonrisa
picara se curvó en sus labios.
—Si puedes.
Ella terminó de acomodarse y se acostó
en la cama. Me quité la molesta ropa y me acosté a su lado. La abracé contra mi
cuerpo y besé su frente.
—¿A que hora nos despertaremos? —le
pregunté.
—A la hora que sea —dijo y se abrazó
más a mí. Besó mi pecho y luego levantó la mirada para encontrarse con la mía
—Pero eso si, cuando nos despertemos yo iré a mi casa para ordenar un poco mis
cosas y cambiarme de ropa.
—¿Me dejaras?
—Solo por unas horas —me aseguró.
—Pero ¿A quien voy a abrazar esta
noche? —le pregunté.
—A nadie —susurró —Pero vas a estar
pensando en mí… y quizás te llame por teléfono para hablarte antes de dormir.
—O quizás yo aparezca por tu casa y no
haga falta dormir solo.
Sonrió y se acercó a mi boca para
besarme. La acerqué un poco más a mí y aquella tonta necesidad de no soltarla
nunca me atrapó.
—¿Sabes que nunca pensé que
terminaríamos así? —me dijo alejándose apenas de mí.
—¿No? —le dije y acomodé un poco su
cabello —Pues yo si.
—No te creo.
—De verdad —la besé cortamente —Siempre
supe que te morirías por mí en algún momento.
Ella rió y se volvió a apoyar contra
mí. Colocó sus finas piernas entre las mías. Sus manos fueron hasta mi espalda
y me acarició tiernamente.
—Te amo —me dijo. Sonreí y cerré mis
ojos.
—No más que yo a ti.
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Llegué un poco agitado a la Universidad
ya que se me había hecho realmente tarde. El lunes llegó, ¿pueden creerlo? Lo
que quedaba del fin de semana se me pasó volando junto a ______. El domingo
decidimos ir de pinic con Rose. ¿Leen eso? ¡Pinic! Nunca en mi vida pensé que
iría de pinic tras los pasos de una mujer que me trae completamente loco.
Por lo que vi ______ ya había llegado,
porque que su auto estaba en el estacionamiento. Ayer por la noche fuimos
brutalmente separados por nuestros amigos. Ella se fue a su casa con Mirna y
Ana, mientras que yo me quede, literalmente llorando, con Georg y Gustav.
—No puedes estar tan pollerudo, Kaulitz.
Has estado con ______ las 24 horas del día —me había dicho Gustav.
—Pero yo la extraño —me quejé.
—Definitivamente este no es el Tom que
nosotros conocíamos —aseguró Georg.
Reí y salí de mis pensamientos. Entré
al salón y para mi desgracia el profesor ya estaba allí. Me miró bien y solo me
limité a disculparme. Miré hacia la gente y la busqué con la mirada. Y allí
estaba ella sentada casi al final de la segunda fila. Y ¿adivinen qué? El único
lugar libre que queda es a su lado. Con cuidado me acerqué y sin decir nada me
senté.
Ella me miró y yo la miré a ella.
Sonrió y despacio se acercó a besar mi mejilla. Cuando se alejó la miré con
reproche.
—Eso no es lo que yo quería —le dije.
Ella rió por lo bajo y miró al frente.
—Estamos en clase, Kaulitz—me dijo.
—Oh, ¿ahora soy Kaulitz, verdad? —dije
con cierta indignación.
—Claro que eres Kaulitz, tonto
—susurró.
—Pues no me parece correcto.
—¿Qué cosa? —me preguntó mientras me
miraba de nuevo.
—Que te hagas la tonta, la que nada
somos aquí.
—Pero si yo no me estoy haciendo la
tonta. Solo que no quiero que por tu culpa me castiguen.
—Nadie va a castigarte.
—Kaulitz, ¿quiere decirnos la
respuesta? —me preguntó el profesor de filosofía.
Me giré a verlo. Y toda la clase me
miraba, esperando a que dijera algo.
—No la se —le dije.
—Perfecto. Entonces ¿puede hacerme el
favor de dejar de hablar con su compañera? —miró a ______ y ella asintió.
—Si —dije. El profesor volvió a hablar
y a escribir —Quiero mi beso.
—No Tom, ahora no —musitó ella.
—Ahora ______ Levine.
Me miró fijo, tratando de intimidarme.
Sonreí y me acerqué un poco más a ella.
—Cuando digo que no, es no —susurró.
—Pero cuando yo digo que si, es si —le
aseguré.
—Perfecto, me cansaron —lo escuchamos
hablar. Ambos nos giramos a verlo – Los dos se van de mi clase.
—Pero... —dijo ella.
—Pero nada Levine. Junten sus cositas y
salgan a cuchichear afuera —sentenció él.
______ se puso de pie y juntó sus
cosas. Yo copie su acción. Ambos salimos del salón. Y cuando la puerta se cerró
detrás de nosotros ella se giró a verme.
—¡Eres un tonto! —me dijo enojada.
—Oye, oye, oye —la calmé y la tomé del
brazo para acercarla a mí —Fue tu culpa, tú no quisiste darme mi beso.
—¿Es que acaso no podías esperar?
—preguntó algo nerviosa —Por tu culpa me voy a perder una clase más así no sé
si llegaré a recibirme alguna vez.
La acerqué más a mí, abrazándola por la
cintura. Ella colocó sus manos sobre mi pecho para poner una distancia entre
nosotros.
—Solo necesito mi beso ¿si? —le dije.
Ella me miró fijo y dejó de hacer presión con sus manos sobre mí. Entonces la
distancia comenzó a desvanecerse. Me acerqué más a ella y al fin obtuve lo que
tanto quería. Su boca comenzó a responderle dulce a la mía y eso me hizo saber
que realmente me estoy volviendo un pollerudo.
—¿Qué significa esto? —preguntó. Ella
se alejó de mí y lo miramos.
—Bill—dijo
algo nerviosa. Uuuh, esto se me va a poner muy bueno.HI! jajaja me gusto estos caps sobre todo cuando salen los papas ... esa lola y Greg me dan risa xD ... Bueno chicas ya mero termina esta historia asi que muy pronto voy a publicar los nombres de las posibles historias para que ustedes escogan cual quieren :) y quede en lugar de esta ... Bueno Que esten bien y hasta la proxima ;) las quieroooooooooo!!! <3
oooh !!! jajaja me rei bastante !!! todos estan LOCOS XD jajajajaja
ResponderEliminarel papa de Tom me da mucho miedo :'( espero que no haga nada malo !!!! jajajajaja me encantaron :DD !
hay que risa bien loco todo hahahah ya mero se termina :( es una lastima que no tenga otra temporada
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