jueves, 26 de septiembre de 2013

Capitulo # 5



—Imagino que tienes una buena razón para despertarme tan temprano —dije adormilado y rabioso por el sueño robado por mi amigo.

—¡Si que la tengo! ¡Es martes y tienes que llegar a todas las clases! —respondió Georg recordándome mis deberes.

—¡Ya estaba despierto! —mentí.

—Si, lo que tú digas Tom —dijo Georg. Lo escuché subirse a su auto —Recuerda que tenemos clase con la Sra. D, así que saca tu culo de la cama y muévete. Tienes exactamente 20 min. Pasaré por tu casa, más vale que te vea sobre tu moto con unas enormes gafas negras para que tapes la resaca que debes tener y dirigiéndote hacia la institución a la que tú, con tanto cariño, llamas el purgatorio en la tierra.

—Prácticamente ya estoy en la moto —respondí huraño.

—Por lo menos péinate y arréglate un poco —me dijo como si fuera un niño. Sonreí por lo bajo.

—Me urge acostumbrarme a estas horas de entrada —respondí mientras sacaba ropa del armario y entraba al baño —Por cierto Georg…

—¿Si? —dijo él.

—Gracias —dije.

—No es nada hermano —respondió.

Corte el teléfono y terminé de vestirme. Salí del baño y entré en la cocina para tomarme rápidamente un café. Reí por lo bajo al pensar que Georg ahora debía estar intentando despertar a Gustav.Terminé el café y tomé mis cosas. Salí de la casa y me acerqué a mi linda moto. La única mujer que nunca me reprochaba nada.A lo lejos vi el auto de Georg y sin seguir dando vueltas prendí mi moto y seguí su auto hacia la institución. Pronto llegamos.

—Georg ¿Acaso nunca te cansas de ser tan responsable? —preguntó Gustav recargándose en el coche de Georg en el lugar habitual donde nos reuníamos antes de entrar a clases, con una nota de admiración hacia su amigo.

De alguna forma había logrado que se levantara de la cama para llegar temprano y además había llegado a una cafetería y había traído cafés para los tres.El aludido solo se encogió de hombros.

—Solamente trato de asegurarme de que mis futuros socios no sean unos completos y verdaderos inútiles —dijo quitándole importancia y mirando distraídamente hacia otro lado para evitar las miradas de gratitud de nosotros.

—De todos modos un día de estos te lo retribuiremos —dije mientras sorbía un poco de café y miraba hacia otro lugar al igual que Georg en un intento por que la situación no se volviese más sentimental de lo que ya estaba.

—¡Eso es un hecho! —afirmó Gustav mientras le daba un golpecito afectuoso a Georg. Ciertamente Gustav era el más afectuoso de los tres, Georg el responsable… y eso me deja a mí el lugar de…. Soy el patán del grupo. Esa conclusión me hizo sonreír —¿Ves? ¡Hasta Tom esta sonriendo! Somos tan afortunados al tenerte Georg —dijo y le dio otro golpecito esta vez uno más fuerte provocando que Georg derramara un poco de su café.

—¡Genial! ¡Esta hirviendo Gustav! —dijo cambiando la taza de mano y secándose la otra en la ropa de Gustav.

—Lo siento —dijo resignado a que valía más dejar que se secara en él.

—Mira quien viene ahí —dijo Georg mientras prendía un cigarrillo y hacia que Gustav sostuviera su café —¿No fumas hoy? —me preguntó sorprendido.

—Esta mañana me es más urgente tomarme este café para despabilarme un poco —dije.

En ese momento el auto al que había llamado la atención Georg estacionó al lado de mi moto, justo enfrente de donde estábamos nosotros reunidos.De ahí se bajo primero Bill, el cual fue al otro lado del auto y le abrió la puerta a… _______.
Esta bajó con cuidado y tomando su bolso, le entregó una amable sonrisa a su compañero y se dispuso a caminar dentro de la Universidad.

—¡Buenos días _______! —le habló Gustav.

Ella dirigió su mirada a nosotros. Sonrió levemente.

—Buenos días —saludó ella haciendo que Bill me dirigiera una mirada recelosa, para luego llamar la atención de ella con alguna conversación insulsa y vacía.

—Esta bien creo que ya me despabile, dame un cigarrillo —le pedí a Gustav.

—Te lo terminas en el camino, ya es hora —me urgió Georg, mientras se adelantaba unos pasos de nosotros —Vamos, arrastren sus dormidos culos hasta el aula.

—¿Qué le pasa a este que siempre esta demasiado despierto para mi gusto por las mañanas? —me dijo en un susurro Gustav.

—¡Escuche eso Schafer! ¡Muévete!

—Amigo, lo que tú necesitas es relajarte —refunfuño Gustav.

Georg solo lo ignoró, no se pondría a discutir con Gustav cuando podía empujarlo hacia el salón.

—¡Otra vez tarde Kaulitz, Listing y Schafer! —exclamó la maestra.

—Y si no fuera por Georg no habríamos llegado, y si no fuera por Gustav no hubiésemos llegado tarde, si tan solo no se hubiera puesto a discutir con Georg justo antes de entrar —me quejé en un murmullo.

—¡Kaulitz! ¿Qué es lo que tanto dice? —preguntó la Sra. D.

—Esta mañana luce especialmente hermosa profe, ¿Acaso se cortó el pelo?

—Siéntese Kaulitz —me ordenó con recelo.

Tomé asiento atrás de Levine, al poco tiempo la clase me aburrió y tiré de su pelo levemente, pero ella me ignoró, solo lo acomodó hacia un lado. Volví a tirar de un mechón y me ignoró otra vez. Lo volví a hacer…

—Vuelve a jalar de mi pelo y te enterrare la nariz en el cerebro —me amenazó en un susurro.

—Me gustaría que lo intentaras —le contesté.

—¿Qué es lo que quieres de mi? —preguntó fastidiada.

—Si te digo tal vez no quieras volver a hablarme.

—Eres un sucio.

—Un día nos podríamos bañar juntos —le dije.

—Imbécil —respondió y volvió su atención a la profesora.

Aaagh ella no estaba para cooperar con la diversión. Decidí escuchar música distraídamente, mientras la maestra hablaba.Hoy no estaba de humor para oírla hablar. Mi padre ya me había enseñado lo que ella estaba enseñando a la clase.
En el verano me obligó a trabajar para él en su firma de abogados. Aborrecí tanto el trabajar, así como ser el hijo del jefe.
50 Cent siempre me ayudaba a pasar el día sin maltratar a nadie… o ¿era al revés?

—Kaulitz… Kaulitz… ¡Kaulitz! —me llamó.

Ya la había oído pero decidí continuar con mi cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados.

—Creí que necesitabas espacio, cariño —le dije sin moverme.

—¡No me digas cariño! —exclamó más fuerte de lo que era necesario, incluso si yo estaba usando los audífonos en ese momento.

Me sacó el de la oreja derecha y tuve que abrir los ojos, estaba parada aun lado de mí y ya todos habían desalojado la sala supongo que me concentré demasiado en la música.

—Estas muy sensible este día, dime ¿necesitas que vaya a la farmacia por ti? —la vi ponerse roja pero de coraje.Me sorprendió que no le saliera humo de las orejas.

—Estaré bien en cuanto tenga tus ojos entre mis dedos —dijo amenazadoramente.

—Vaya si que eres dulce —dije fingiendo demencia —Halagas mis ojos.

—Hablo literalmente —dijo con una sonrisa maléfica.

—Oh, lo siento cariño pero este par me ha conseguido varias citas con una sola mirada. Me temo que no los puedes tener —hice una pausa dramática mientras le mostraba una amplia sonrisa y la escudriñaba de arriba a abajo —Pero se me ocurre otra cosa de mí que podrías tener entre tus dedos —me abofeteó con fuerza —¿Supongo que ahora es cuando digo auch? —tomó sus cosas y se dirigió a la puerta.

—_______ —la llamé antes de que saliera —No veo por que habría de molestarte tocarme el cabello…. —hice una pausa y puse una expresión divertida —¿O no será que pensaste que hablaba de…?

—¡Yo no pensé nada! —me interrumpió nerviosa.

—Si, eso creí —dije mientras la miraba acusadoramente.

Ella solo pudo encogerse de hombros y ponerse roja. Salió de allí dejándome solo. Me puse de pie y decidí salir también. Quedaban unos 5 minutos antes de que empezara la siguiente clase, y necesitaba fumar un cigarrillo.Salí del salón y comencé a caminar por el pasillo. La chica que sería la conquista de esta semana se acercó mirando para todos lados a mí. Tal vez se estaba percatando de que Cassandra no la viera o algo por el estilo.

—Hola bonito —dijo con una pequeña sonrisa.

Sonreí fingidamente. Como me irritaban las chicas como ella. Siempre se la pasaban hablando de lo mismo. Nunca podías tener una conversación normal y larga con ellas. Aunque en la mayoría de los casos no me interesa conversar con ellas.Volvió a mirar para sus costados y cuando se percató de que nadie nos veía se acercó a mi boca y comenzó a besarme. Mis ojos estaban bien abiertos ante esto, no me esperaba que fuera tan… demostrativa.No cerré los ojos, no me gustaba cerrar los ojos cuando las besaba. Revoleé los ojos, esperando a que de una buena vez terminara.No era muy buena besadora, espero que eso no sea así en la cama. Al fin se alejó de mí. Sonreí sin separar los labios.

—¿Y eso? —le pregunté.

—Un pequeño adelanto —dijo.

Escuché una risa muy chistosa desde lo lejos. Me incliné un poco hacia mi derecha y allí estaba ella, riendo divertida con Gustav y Georg. Gustav estaba haciendo unas caras divertidas mientras Georg envolvía a la morena por el costado de su cintura y la sostenía cerca de él. Torcí la cabeza y miré sin entender. Volví mi vista a la chica frente a mí… Aaag, me choca cuando no recuerdo sus nombres.

—Lo siento….

—Kate —dijo algo sorprendida.

—Si, lo se —le dije como para que no se sintiera muy usada —Nos vemos luego, Kate.

—Está bien lindo —dijo y se quiso acercar de nuevo a mi boca, pero fui más rápido que ella y bese su frente.

Me alejé de ella y comencé a caminar hacia los dos payasos de circo y la dueña del mismo. Al instante en que Georg me vio, soltó a _______ y ambos dejaron de hacer caras. La morena los miró sin entender y se giró a verme.

—Dios… —susurró fastidiada —Bueno chicos, gracias por las risas. Pero ya me voy…

Quiso alejarse, pero rápidamente la tomé suavemente de la cintura y la jalé hacia mí.

—¿A dónde vas morenita? —le dije mirándola fijamente a los ojos.

—¡Suéltame Kaulitz! —dijo y comenzó a forcejear para salirse de mi agarre.

—¿Cuál era el chiste? —pregunté a mis dos amigos.

—¡Suéltame! —volvió a intentar.

—¿No escuchaste lo que te dijo? —preguntó él detrás nuestro.Sin soltarla me giré a verlo.

—Bill —dije y sonreí.

—Suéltala Kaulitz, te lo advierto.

—Billito, tranquilo —dijo ella y con un movimiento más se soltó de mi brazo —Es solo un niño.

—¿Vamos? —dijo él.

—Vamos —afirmó ella y sonriéndole a Gustav y a Georg se alejó de nosotros.

—La hiciste buena, Tom. Ya casi la tenia —dijo Georg.

—¿Ya casi la tenías? —dije y me giré a verlo —Ya te lo dije, esa es mía.

—Hagamos una cosa —habló Gustav —Georg y yo te damos 400 dólares si logras llevártela a la cama.

—Oye —se quejó Georg.

—Tiene que ser la conquista de esta semana —dijo Gustav.

—Pero ya tengo una —aseguré.

—Vamos Kaulitz, ¿Acaso eres un gallina? —se burló Georg

—Si llegamos al lunes que viene y aun no te has acostado con ella. Tú nos das 200 dólares a cada uno de nosotros —dijo muy seguro de que eso iba a suceder.

—¿Aceptas? —preguntó Listing.

—Está bien sucias —les hablé y sonreí maliciosamente —Vayan preparando ese dinero, porque esa morena está mañana mismo entre mis sabanas.


 

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capitulo # 4



—¿Que sucede? —preguntó Gustav mientras íbamos al estacionamiento.
Habíamos tenido un día largo, por lo menos yo.

Después del taller de música no había vuelto a tener oportunidad de hablar con la nueva, así que lo dejé pasar y me reuní con los chicos.En el camino quedé con la chica de esta semana. Al parecer la nueva será la de la siguiente semana, para mi suerte todavía hay chicas que no le temen a Cassandra y sus amenazas.

—Nada —afirmé desconcertado por su pregunta — ¿Por qué lo dices?

—Tienes cara de estar concentrado y molesto por algo —aseguró Georg mientras dejaba salir el humo del cigarro.Solté una sonora carcajada.

—Es solo que Cassandra me revienta —mentí. El recuerdo de mi madre me había estado persiguiendo desde la clase de baile con ______—No se como pude ser capaz de relacionarme con ella —dije.

En ese momento Bynes (Cassandra) pasó por el estacionamiento, se volteó y a pesar de todo me saludó agitando su mano derecha. Y en ese preciso instante una brisa sopló levantándole la falda.

—Esta bien, tengo una breve noción del porque —terminé aceptando al ver sus piernas.

—Me das asco, amigo —dijo Gustav—Tú no discriminas a ninguna —me acusó y yo absorbí un poco de mi cigarro.

—Es la envidia la que te hace hablar —le afirmé.

—No —intervino Georg —Esta vez tengo que estar de acuerdo con Gustav, no conoces de límites Tom. Uno de estos días alguien te dará una lección —dijo como abuelito.
Yo solo revoleé los ojos y lo dejé pasar.

—Pero mientras tanto, soy feliz con mis conquistas —repuse con una sonrisa de autosuficiencia.

—¿En verdad lo eres? —preguntó Gustav con cara de preocupación y alzando una ceja.

—Por supuesto —afirmé —¿Acaso tú no lo eres? —le devolví la pregunta.
Él solo se encogió de hombros.

—Ciertamente, me gustaría estabilizarme un poco —confesó y yo no pude más que quedarme callado.

—Es cierto —le siguió Georg —Esto ya empieza a aburrirme —confesó encogiéndose de hombros. Trague saliva

—¿Bromean cierto? —dije con temor a perder a mis amigos, y ellos solamente soltaron una sonrisita maquiavélica —¡Son unos idiotas! —les dije.

—¡Debiste haber visto tu cara! —exclamó Gustav en medio de una sonora carcajada.

Pero mi mirada se distrajo al ver a mi nueva compañera cruzando el estacionamiento.
La miré bien, ella se subió a un auto plateado del cual no pude ver el conductor. Pero no tardé en reconocer el vehiculo.Tan seguro como que el cielo es azul estoy seguro que ese auto es de Bill Longoria. El tipo que cursa la carrera de cinematografia.

—Mejor aún, deberías ver tu cara de ahora —demandó Georg—Te has puesto morado deberías, respirar con más naturalidad. Te recomiendo el yoga —solo gruñí.

—¿No te gusta que se te adelanten, no? —dijo Gustav mirando el auto que yo miraba.

—No —gruñí una vez mas sintiéndome descubierto por mis amigos. Luego absorbí un poco más del cigarrillo y lo arrojé. Me monté en la moto —Pero igual tengo a muchas otras esperando.

—¡Así se habla! —exclamó Gustav contento.

—Me agradas cuando eres así de optimista —declaró Georg.

Ellos también subieron a sus vehículos y salimos del estacionamiento.Esta noche decidimos salir al bar de siempre. Aunque Georg se puso renuente al principio por el hecho de que mañana teníamos clases.Eran cerca de las 11:36 p. m. yo aun quería tomarme unos tragos más y seguir jugando al pool con Gustav, pero la sensatez de Georg estaba por mandarnos a casa en cualquier momento.El ambiente cargado del lugar, el metal fuerte sonando por alguna de las bocinas que servían de aspecto decadente, y los hombres rudos, que se habían hecho así a base de golpes y desilusiones de la vida. El lugar lleno de humo de cigarrillo y la mesera suficientemente guapa pero demasiado inteligente como para tomar en serio a alguno de los patanes que frecuentamos este bar…¡Aaagh este definitivamente era mi hogar!Estábamos en medio de un partido de pool los chicos y yo cuando de la nada aparece Longoria seguido por el chico… Mmm Smith creo que se apellida.Universidad pequeña, infierno grande.Parecía como si hubiesen sido sacados de una lavadora, demasiado acicalados como para encajar en un lugar como este y sin embargo trataban de actuar con naturalidad en un ambiente completamente ajeno a ellos… eran más falsos que una obra escolar de niños de preescolar.

—¿Una competencia? —preguntó Longoria.

¿Cómo lo conozco? Ya lo dije, Universidad pequeña… infierno grande. Le sonreí.

—Por supuesto, solo di cuanto deseas perder —dije.

—Mil dólares —soltó rápidamente.

—¿Seguro que sabes jugar al pool? —le pregunté con sarcasmo.

—Deja de jugar y elige un compañero —pidió.

—Jugaré con Gustav —dije y mi amigo dio un paso al frente.

—Jason —dijo él y su amigo salió de entre la gente con un trago entre las manos.

Al parecer estaba sorprendido de verse envuelto en esta pequeña partida pero al mismo tiempo satisfecho… emocionado por la competencia.

—Al parecer hace mucho que no jugabas —se burló Bill.

Ellos estaban jugando mejor de lo que pensé. Al final solo me quedó llegar a dos conclusiones:¿O ellos son demasiado buenos o nosotros estamos distraídos esta noche?Me quedó con lo segundo.

—¿Quieres hacer algo de vandalismo con sus autos, esta noche? —me preguntó Georg en un susurro sin que nadie excepto Gustav se percatara. Sonreí por lo bajo.

—Ganaré esta partida —dije autosuficiente a Georg.

Me tocaba a mí, era el último tiro, el decisivo para ganar. Un ángulo difícil, necesito darle 4 veces a la mesa para que la bola blanca vaya en la dirección correcta para meter la última en el hoyo. Difícil… pero no imposible.Golpeé la bola y por ese mínimo de tiempo en el que la bola recorría la mesa, resé por que la hubiese golpeado con el taco, con la suficiente fuerza como para que hiciera todo el recorrido.Golpe uno… [conté mentalmente mientras que todos observaban absortos la bola y su recorrido casi maratónico]Golpe dos… [por favor no te detengas]Golpe tres….Golpe cuatro, golpeó la bola y esta entró. Ganamos.Si bien no me puse a brincar, si los irrité con mi actitud autosuficiente

—¿Decían? —pregunté con sorna y Gustav estiró la mano para recibir el dinero.

Jason Smith los coloco con ira en su mano. Gustav se iba a dejar ir contra él, pero lo tranquílese poniendo mi mano en su hombro mientras Bill y yo nos mirábamos casi retándonos con la mirada.

—¿Qué haces en este bar Bill? —lo cuestioné.Tenía toda la noche reteniendo esa pregunta en mi mente.

—¿Acaso no puedo salir a divertirme? —dijo.Sonreí levemente, en verdad era extraño.

—¿A un bar? —dije mientras levantaba una ceja.

Un tipo, unos metros atrás, buscaba broncas con algún incauto que había hecho algo que lo molestase.De seguro era Hook, un chico un poco más mayor que nosotros.
Tan grande como un muro y tan duro como el asfalto, 23 años de vandalismo, más bien de destrucción masiva. Luego se escuchó como se quebró una botella…Hook se la había quebrado en la cabeza al otro muchacho. Mejor demostración de que este no era lugar para ellos no podría haber conseguido.

—Tú estas aquí ¿no? —dijo un poco intimidado.

—¡Hey, Hook! —le hablé y este me escuchó al otro lado del lugar.

Soltó al chico, el cual sangraba a chorros y alguien más lo auxilió, mientras Hook caminaba intimidante hacia nosotros.Se paró a un lado de mí y volteó a ver despectivamente a Bill. Saludó a Georg y a Gustav amigablemente como siempre era con nosotros.

—¿En que te puedo ayudar, Tom? —dijo con servicial vehemencia y mirando con toda su ira hacia Bill y su amigo Smith.

—En realidad, quería pedirte que llevaras a tu… ‘amigo’ fuera para arreglar sus asuntos. Ya sabes, estas poniendo a ‘los nuevos’ un poco nerviosos —miró con los ojos entrecerrados y casi arrojando llamas por ellos a esos dos.

Ellos solamente se quedaron quietos, inmóviles como estatuas.Como si tuvieran enfrente a un toro salvaje y ellos solo tuvieran la manta roja y no la espada en la mano.

—Nosotros ya nos vamos —dijo Bill mirándome a mí —Solo quería verte en tu… ambiente —dijo y se volteó. Caminó hacia la puerta.

—Hook —solamente dije y este se paró frente a ellos impidiéndole el paso.Bill se giro a verme — ¿A que has venido exactamente? —le pregunté.

—Te lo dije, a verte.

— ¿Acaso te gusto? —dije lascivo y con sorna.

Todos a nuestro alrededor rieron haciendo que Bill se pusiera un poco rojo.

—Te vi caminando con ______… solo quería conocerte un poco más.

— ¿Y tú que eres de ella? —pregunté más interesado de lo que en verdad debería estar.

—Un… muy cercano amigo —dijo y me sonrió. Lo mire fijo, desafiante.

—Bueno, un muy cercano amigo, mejor te vas antes que decida que necesitas dormir en un hospital para que aprendas a no meterte en mis asuntos —lo amenacé.

—No me malinterpretes —respondió —Tú no me interesas en lo mas mínimo, es ______ por quien estoy aquí.

— ¿Acaso ella te mandó? —le dije. Soltó una leve risa.

—No, ella esta muy ocupada como pensar en ti…

— ¿Eso crees? —le pregunté burlón.

Su mirada cambio notablemente.

— ¿A que te refieres? —me dijo.

—Nada, nada —dije haciéndome el interesante — ¿Y que es lo que piensas después de esta noche? —pregunté burlón.

—No eres su tipo —respondió secamente y se fue.

— ¿Lo seguimos? —preguntó Hook.

—A sus motos —respondí.

—Un delito más y el juez revoca la sentencia Tom —dijo Georg como la voz de mi conciencia.

—Lo se… pero no haremos nada. Un susto nunca le ha hecho mal a nadie —dije inocente.

—Mejor te quedas, vamos te invito yo —insistió y Gustav pidió las cervezas

—Georg tiene razón Tom, si deseas pelear sabes que tendrás que hacer que él de el primer golpe.

Georg lo miró con los ojos envenenados.

—Me uno a la masacre solo si prometes que te cuidaras la espalda y no harás ******* surgidas solo por el impulso —acotó Georg.

Rechine los dientes.

— ¿Qué pasa Tom? —preguntó Hook —¿Ahora le temes a la policía?

—No bromees Hook —le dije fastidiado y él se volvió a sus asuntos — ¿Y ahora? ¿Qué demonios haremos? —dije enfadado y aun enojado por la inoportuna visita de aquel tipo después de algunas cervezas.

—Relájate hermano… solo es un imbécil.

Gustav palmeó mi hombro mientras tomaba un poco más de cerveza. Tomé mi vaso y también tomé.

— ¿De donde conocerá a ______? —la pregunta salió sola de mi garganta.

—Quizás sean amigos de la infancia —habló Georg.

—Lo que sea, ese tipo es un idiota —dije.

—Si, y su amiguito Smith también —agregó Gustav.

—Aun estamos a tiempo de ir tras ellos —me dijo Hook, tentándome más de lo que realmente debía.
Tenía demasiadas ganas de ir tras ellos y enseñarles lo que es bueno.

—Ya Hook, deja de tentarlo —le pidió Gustav.

—Eres un aburrido —le dijo a Gustav.

—Es temprano aun… solo será un poco de diversión —insistí.

Mi amigo Listing negó con la cabeza.

—Es lunes, hay que volver.

HI! Bueno aqui esta el nuevo Caps ... espero y les siga gustando ... Sin mas me despido y que esten Bien CHAO xD