cosas. Se giró a verme.
—Tom,
querido —dijo y se acercó a mí.
—Hola
lola —le dije y cuando estuvo cerca besé su mano —¿Cómo estas?
—Atareada
—me dijo y sonrió —¿Qué te trae por aquí? ______ llega dentro de media hora
aproximadamente.
—No,
no vine para ver a ______ —mentí más que descaradamente —¿Recuerdas que el otro
día me dijiste algo de ser modelo y eso?
—¿No
me digas que lo has pensado y vas modelar para mi? —dijo entusiasmada.
—Mmm,
no en realidad… yo venía a pedirte que me des así algo… un trabajito como
ayudante
o lo que sea. Pero creo que ser modelo —dije y fruncí el ceño —No es lo mío.
—Que
lastima —dijo en un suspiro —Pero bueno, no importa. Voy a ayudarme. Tú me has
caído bien, y eso que los amigos o novios de ______ nunca fueron de mi agrado.
—¿Longoria
no lo es? —pregunté.
Ella
arrugó la nariz mientras caminaba y me hacía una seña para que la siguiera.
—Para
nada —aseguró —Ese niño es demasiado ******* para mi princesa. ______ necesita
a un hombre inteligente, que le de seguridad. No a un imbécil posesivo y
absorbente. Gracias a Dios ella reaccionó y lo dejó.
—Ya
lo creo —susurré por lo bajo.
Llegamos
a una pequeña oficina, estaba llena de fotos por todos lados y no pude evitar
acercarme a una de ellas. La tomé y la miré. Era la foto de una niña de
aproximadamente 7 u 8 años, tenía los ojos grandes y pestañas largas. Una
sonrisa blanca y perfecta. Entonces me di cuenta de que era ella.
—¿No
es hermosa? —me habló Lola mirando la foto que yo tenía en mis manos. Giré mi
cabeza para mirarla —Siempre tuvo una particular forma de mirar, y de ser. Ahí
tenía apenas 8 años y no sabes el carácter que tenía.
—Aun
lo tiene —le aseguré. Gina rió por lo bajo.
—Si,
______ es una chica increíble —dijo orgullosa —Y no lo digo solo por ser su
madre. Ella es decidida y dulce. Es testaruda y sensible. Delante de mí,
siempre pone una especie de escudo o barrera, pero siempre termina dándome lo
que le pido. No puedo quejarme de ella —suspiró y luego me miró —Pero ya,
volvamos al tema importante. ¿Qué quieres hacer aquí?
—No
se, tú dime —le dije.
—Bueno,
puedes ser mi ayudante. Los que tengo son un poco tontos…
—Perfecto
—aseguré.
—Tendrás
un sueldo y trabajaras solamente los sábados por la tarde. ¿Te parece bien de 2
a 5 de la tarde?
—Me
parece estupendo —le dije.
—Entonces,
bienvenido a las agencias de modelaje Levine —dijo y estiró su mano para que yo
la tomara. Así lo hice y salimos de allí para acercarnos a donde estaba todo el
mundo.
Mi
primer encargo fue ir a apurar a las modelos, y eso fue increíble. Creo que no
puede haber mejor trabajo que este para un hombre. Luego fui enviado a planta
baja en busca de unos papeles importantes.
—¿Puedes
darme los papeles de Lola? —le pregunté a la chica de recepción.
—Enseguida
—me dijo y me dejó solo mientras iba por ellos.
—¡Buenos
días a todos! —escuché su voz y me giré a verla.
Estaba
llena de cosas y caminaba con prisa, al parecer estaba llegando tarde. Vi como
desaparecía detrás de uno de los ascensores, y no puedo esperar a ver su
rostro, cuando sepa que yo estoy trabajando aquí…
—Aquí
tienes —me habló, sacándome de mis pensamientos.
—Muchas
gracias, linda —le dije y me fui de allí para ir en busca de un poco de
diversión.
Subí
al ascensor y no pude evitar sentirme emocionado por llegar al piso 20 y ver la
cara de ______. Las puertas se abrieron y caminé hacia donde estaban todos.
—¡Ahí
lo tienes! —lola le dijo a ______ y ella se giró a verme.
Sus
ojos se abrieron como platos y pensé que su mandíbula iba a llegar a tocar el
suelo. Se acercó a mí y me miró fijo.
—¿Qué
haces aquí? —me preguntó nerviosa.
—Hola,
¿no? Buenos días cariño, que yo sepa no dormimos juntos anoche —le dije.
—¡Contesta
mi pregunta! —exigió. Sonreí levemente.
—Aquí
trabajo —dije con suavidad y estiré mi brazo para darle el sobre a lola.
—¡No estoy para bromas,!Kaulitz ¡Dime que haces aquí!
—¡No estoy para bromas,!Kaulitz ¡Dime que haces aquí!
—No estoy bromeando, cariño. De verdad trabajo aquí.
Ella
se giró a ver a su madre. Lola asintió con la cabeza, y la morena volvió a
mirarme.
—No,
no tú estas jugando conmigo —dijo riendo nerviosamente —¡Dolores! —la llamó,
está se acercó a nosotros.
—¿Qué
sucede hija? —le preguntó.
—Dime
que no es verdad —le dijo sin dejar de mirarme.
—¿Qué
no es verdad que? —dijo ella.
—Que
él esta trabajando aquí —dijo nerviosa.
—Si,
si es verdad. Tom es mi nuevo ayudante.
—¡Esto
es increíble! —elevó su voz haciendo que todos se giraran a verla —¡Me rehúso a
trabajar con este individuo en este lugar!
—¿Por
qué? —le pregunté.
—¿Qué
quieres? ¿Qué es lo que estas buscando? —me preguntó.
—Nada
—dije haciéndome el inocente —¿Acaso no puedo buscar un empleo para los fines
de semana?
—¡No,
no puedes! —me aclaró nerviosa. Giró para mirar a su madre —¡No voy a trabajar
con él aquí! ¡Quiero que se vaya!
—No,
Tom no se va a ir —le aclaró su madre, sin dejar de mirar al frente, en donde
le estaban haciendo unas indicaciones o algo por el estilo.
—¿A
no? ¡Entonces me voy yo! —dijo la morena, y se dispuso a irse.
—¡______
Levine! —la llamó con firmeza. ______ detuvo su paso y se giró a verla. Lola la
miró fijo —Soy tu madre y me debes respeto... también soy tu jefa y por eso
haces lo que yo quiero, cuando yo quiera.
—¿Puedo
solicitar un ascenso? Me gustaría ser su jefe —dije. Gina rió por lo bajo, pero
a la morena no le causó ninguna gracia.
Soltó
un enojado suspiró y se acercó de nuevo a donde estaba su madre, yo solo me
encargué de observarla.
—¿Están
listas? —preguntó ______ a las modelos que estaban frente a ella, mientras ella
se acomodaba detrás de la cámara.
Lola
se acercó a mí y miró a su hija, como yo lo hacía. La morena comenzó a sacar
fotos y a dar instrucciones.
—Es
tan irritante a veces —me habló su madre. Sonreí levemente —Piensa que todo lo
que hago es para perjudicarla o en su contra.
—Así
son todas las hijas —le dije. Ella suspiró.
—Ya
lo creo —dijo. Un hombre alto se acercó a nosotros y le pidió a Lola poder
hablar en privado. La madre de la morena asintió y se fue con él.
Volví mi vista a ______, ella miraba las fotos que acaba de sacar. Con cuidado me acerqué.
—Lindas
fotos —le dije. Ella giró la cabeza para mirarme con recelo —¿Estas enojada?
—No
para nada, estoy muy feliz, no tengo problemas —dijo con toda la ironía del
mundo.
—No
tienes porque estar enojada, cariño —le hablé y ella volvió su vista al frente
—Yo no quiero que estés enojada conmigo, solo vine porque de verdad necesito el
trabajo.
Me
volvió a mirar con esa mirada asesina y cortante. Ella no creía ni una sola de
las palabras que yo le estaba diciendo. Una nerviosa Dolores salió de la
pequeña oficina con aquel hombre detrás. ______ la miró y se acercó a ella.
—¿Qué sucede? —le preguntó ella a su madre. Lola miraba a su alrededor, como buscando una solución a su problema. Me miró a mí y miró a ______. Volvió a mirar a su alrededor.
—Mamá, ¿Qué pasa? —dijo algo nerviosa ______.
—______
—le dijo a su hija —Ve a cambiarte y ven para hacer unas fotos con Tom.
Mis
ojos se abrieron bien, al igual que los ojos de ______.
—¿Qué?
¡¿Estas loca?! —le preguntó sin poder creerlo.
—Si
es así la cosa, creo que no voy a poder negarme —dije sonriendo levemente.
______ me miró asesinamente.
______ me miró asesinamente.
—¡No
soy una de tus estúpidas muñecas de plástico! —chilló ______.
—Por
favor hija —le dijo desesperada acercándose a ella —Los modelos que encargué no
han llegado, y si no hacemos ya mismo esa sesión, la marca va a dejarme.
—Pero,
¿Acaso no tienes millones de modelos aquí? —dijo nerviosa.
—No
me sirven, ¡Ninguna me sirve! —miró a su alrededor decepcionada —¡Por favor ______,
hazlo por mi!
Vi
la desesperación de la morena por decirle a su madre un rotundo NO, pero como
Gina me había dicho, ella iba a terminar aceptando. Soltó un leve suspiro.
—Está
bien —le dijo.
Dolores
sonrió emocionada y abrazó con fuerza a su hija. La soltó y se acercó a mí.
—¿Lo
harás, verdad? —me preguntó.
—Claro
que si, jefa —dije divertido.
—Muchas
gracias, de verdad —dijo. Se alejó de nosotros para dar las indicaciones.
______ se giró a verme, estaba algo roja por el enojo.
—Llegas
a propasarte, y te arrepentirás —me susurró. Un montón de gente entró al lugar
para comenzar a preparar todo. Me llevaron a una pequeña habitación, en donde
me dieron unos cuantos pantalones de jean. Miré la marca. Levi’s. De verdad
está mujer se maneja con marcas importantes. Me sentaron en una silla y
comenzaron a despeinar más mi cabello. Lo secaron y quedó como si recién me
hubiese levantado. Gina entró.
—¡Eso
es! Así esta perfecto, un look rebelde —dijo y me miró —De verdad muchas
gracias, Tom.
—No,
no es nada —le dije.
—Tienes
un tatuaje —dijo asombrada mirando el omóplato izquierdo de mi espalda.
Me
giré a verla.
—Si,
me lo hice hace bastante —dije.
—Eso
aporta más rebeldía al look —dijo divertida.
—No
se si me saldrá —admití.
—Será
fácil, ______ sabe sobre esto. Cuando era más chica la obligué a hacer un curso
de modelaje.
—¿La
obligaste?
—Si
—dijo asintiendo —No quería saber nada sobre aquello, pero como yo sabía que
alguna vez la iba a necesitar, lo hice. Bueno, cuando estés listo, sal.
Se
fue dejándome solo. Me puse los pantalones y me quedé sin playera. Yo se que
cuando la morena me vea, no va a poder creerlo. Salí y todas las mujeres del
lugar se giraron a verme. Gina sonrió, y me hizo una seña para que me acercara
a ella. Vi como comenzaban a cuchichear y a mirarme acosadoramente.
—Vas
a provocar que todas mueran de un infarto —me habló mi jefa.
—No
es mi intención —dije orgulloso de mi mismo —¿Dónde esta ______?
—¡Odio
estos malditos pantalones! —entró ella quejándose. Traté de no parecer
cautivado, pero era casi imposible. Ella traía un pequeño pantalón de jean, que
se ajustaba perfectamente a sus piernas. Su pelo estaba desordenado como el
mío, como si recién se hubiese despertado. Y solo llevaba puesto un sostén
negro, en la parte de arriba. Sus marrones ojos se clavaron en los míos, y dejó
de caminar. Sacudió su cabeza y miró de nuevo a su madre.
—¿Por
qué odias los pantalones hija? —le preguntó Dolores.
—¡Mira
como me hace el trasero! —dijo y se giró para mostrárselo.
—Muy bonito, es redondito —le dije. Me miró furiosa.
—Tom
tiene razón, ______. Tu trasero está bien —le habló Doloores.
—¡Mamá no tengo el tamaño suficiente para ser modelo!
—Eso
es mentira —le dije—Tu trasero es el más lindo que he visto aquí, hasta ahora.
—No
estaba hablando de mi trasero, Kaulitz—me dijo seria —¡Miren como me queda
esto!
Levantó una de sus piernas y el pantalón quedaba un poco colgando. Dolores mandó a buscar un par de zapatos con tacón. Los trajeron y el problema fue solucionado.
—No
vas a encontrar alguna excusa para no hacerlo, hija mía —le aclaró. ______ le
sacó la lengua cuando está no la estaba viendo —Ahora vayan allí —nos dijo.
Caminamos
hasta el centro del lugar. Las luces blancas nos iluminaban —Ahora, se acercan. -______ miró fijo a su madre, y luego giró
hacia mí.
—Juro
que vas a arrepentirte de esto Kaulitz —me amenazó.
AAAHHHHH esa sesión estará buena jajaja... sigue por favor ya quiero ver que pasa jajajajaja será genial ya lo estoy imaginando XD JAJAJJAJA
ResponderEliminarcuidate
Bye =)
Awwww que emoción!!
ResponderEliminarPero si no es la culpa de Tom por qué lo amenazas??
Siguelaaa quiero saber qué pasará en esa sesión de fotos!!
Tom tienes que aprovechar hahaha
Me encanta =D